-A.T. -me dice con una cara de confidencialidad-. Me dijo que te conoce del barrio y de alguna que otra estadía por la cárcel.

-Anda diciendo mucho este A.T. ¿Eh? -le dije levantando las cejas molesto por saber que andaban por ahí contando cosas de mi vida- ¿Qué más te dijo?

-Bueno, si me dejas entrar te lo cuento todo detalladamente. Además tengo una propuesta que seguro te va a gustar.

-Bueno, eso lo vamos a ver -le dije corriéndome hacia un lado para que pudiera pasar- Sentaté donde quieras -le dije señalando la sala de estar que estaba detrás de la pared con cascada artificial y el florero.

Él se sentó en uno de los sillones blancos frente a la mesa baja de vidrio.

-Entonces -le dije sentándome en el sillón de tres plazas frente a él-. ¿Qué más te contó este A.T?

-Bueno, no mucho, algún que otro trabajo que hicieron, alguna que otra casa, alguna que otra estafa, algún que otro robo y por lo que veo se te da bien el trabajo -me dijo mirando la sala.

-Se me daba. Ya fue eso para mí, lo deje hace tiempo y A.T. lo sabe.

-Bueno, pero esto es algo diferente, esto va a dar mucho más plata de la que te podés imaginar -dijo levantando las cejas.

-¿De cuánto estamos hablando?

-Ocho millones de dólares. Y esa no es la mejor parte.

-¿Cuál es la mejor parte?

-Unos cuantos papeles que  valen mucho más de ocho millones para la persona que los quiere mantener ocultos.

-O sea, estamos hablando no solo de un robo a gran escala sino que también de una extorsión, un chantaje. ¿Vos sabés cuántos años de cárcel son eso si te agarran?

-No van a agarrarnos.

-¿Tan buen plan tienen?

-Te aseguro que después del trabajo que tenemos pensado, uno, no te vas a arrepentir; dos, te vas a llenar los bolsillos de plata y tres, vamos a pasar a la historia -me dijo con una sonrisa casi macabra-. Entonces, ¿Te sumás?