top of page


Hice exactamente cómo me dijeron, recordando que estos hombres ahora eran mis amigos o por lo menos mis compañeros de trabajo. Mi palabra valía de algo, lo suficiente como para no romperla y matarlos cuando estuvieran de espalda.
-Vamos -me dijo A.T. bajando por el túnel.
Pensé en los papeles, en sí debía irme o quedarme, si los ochos millones eran suficientes o no.
Tenía que pensar rápido antes de que entraran los policías.
bottom of page