Entramos al banco armas en mano y agarrando a los policías lo más rápido que pudimos. Tenía un guardia entre mis manos apuntándole en la cabeza con el arma de plástico mientras se cerraban las puertas del banco.

-Quedaté quieto -le dije mientra lo esposaba con unas esposas que A.T. había conseguido de un policía corrupto.

A.T.y yo empezamos a arrinconar a los rehenes a una de las esquinas del banco mientras L.V. y F.A. iban por el gerente hacia la bóveda.

-Quédense todos con las caras para el piso -les gritó A.T..

Mientras yo me iba acercando y revisando todos los escritorios de los que trabajaban en el banco para ver que no hubiera nadie escondido, sentí el respirar agitado de una mujer. Le dije al policía que se agachara a ver quien estaba escondida debajo de la mesa de ese escritorio y él se fue bajando poco a poco con mi arma cerca de su nuca.

-Señorita, salga de ahí, no le va a pasar nada -le dijo él calmadamente.

Pero la mujer empezó a gritar como una condenada y a patear el escritorio. Estaba entrando en un ataque de pánico.

-Maldita loca -dije con los dientes apretados mientras le pegaba al guardia para que se tirara boca abajo en el piso y yo pudiera agarrarla.

-¿Y? ¿Para cuándo venís? -me dijo A.T.gritando desde la esquina donde estaban todos los rehenes.

-¡Ya voy! -le grite mientras me agachaba para agarrar a la mujer por el brazo, pero ella volvió a gritar y patalear golpeandome-. Quedaté quieta -le dije con los dientes apretados sacando el arma de verdad y poniéndosela en la cien-, o te mato.

-Esta bien -me dijo respirando entrecortada y llorando.

Sentí un fuerte golpe en la cabeza y me dí cuenta mientras se me nublaba la visión que el policía acababa de atacarme. Tenía que hacer algo antes de que me sacara el arma y arruinara todo.

Me di vuelta lo más rápido que pude aún con la visión nublada para encontrarme con el policía preparando su golpe para encestarmelo en la cara. Me agache cuando su puño pasó al nivel de mi cara y yendo hacia un costado se lo agarre y lo golpee contra mi rodilla. Él gritó del dolor pero me pegó una patada en las costillas mientras yo tenía su brazo entre mis manos, yo me doble del dolor y mientras agarraba con más fuerzas el arma en mi mano para que no pudiera sacarmela él agarró mi brazo . Empezamos a forcejear con el arma en mis manos y ambos nos sobresaltamos cuando se escuchó un ensordecedor boom y el grito de una mujer, el policía se giró para ver si la mujer estaba herida.

Era mi oportunidad. Tenía que elegir.

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